Si no tenés tiempo, no leas este Post

Gestión del tiempo

Burnout

Es recurrente escuchar «no tengo tiempo»…

Esa supuesta «falta de tiempo» hace que estemos corriendo todo el tiempo «contrareloj»; trabajando en la urgencia, apagando incendios y haciendo varias cosas al mismo tiempo…

Cómo resultado, nos sentimos agotados, cada vez rendimos menos, aumenta la frustración, comemos mal, dormimos de manera interrumpida o nos levantamos más cansados que antes y activamos nuestro estado de alarma interno ingresando en un flujo de aumento del nivel tolerable de estrés… aparece el famoso «burnout» o «síndrome del quemado» donde el agotamiento mental y/o físico es evidente…

Sin embargo, las señales de alarma se activaron anticipadamente y no las registramos (o no las quisimos registrar…)

Poder identificar es el primer paso para salir de ese flujo automático del mal llamado «falta de tiempo»…

En realidad no se trata de una «falta de tiempo». El tiempo es el mismo para todos, 24 hs, 7 días semanales, 365 al año.. Sin embargo no todos están corriendo detrás de la zanahoria, ¿cómo hacen?

Muchos de estos problemas mencionados, se trata de no poder gestionar adecuadamente el tiempo y los recursos disponibles que tenemos…

Insistir y hacer más de lo mismo, trabajar más horas, más rápido, más veces, no ayudará…

No parar la pelota, ni identificar o registrar qué podemos mejorar; hará que esa gran bola de nieve no se detenga, y cuándo lo haga sea de manera abrupta, inesperada o intempestiva.

Entonces, ¿Para qué esperar a que ello suceda?

Algunas propuestas que pueden ayudarte si estas en esta situación:

1) Pará. Hacé una pausa. Pausa a conciencia. Pausa planificada. Respira. Tomate un mate, un café o un té. Anda a dar la vuelta a la manzana. Sacá a pasear a tu perro o tu canario, si tenés y si le gusta pasear. No importa el qué. El asunto es que te detengas y cortes con aquello que causa estrés.

La posibilidad de parar y poner en pausa el gran torbellino de tareas hace que puedas darte un tiempo para descansar, recargar energías y pensar mejor.

2) Planificá cómo vas a seguir: ¿Qué es lo importante? ¿qué es urgente? ¿es todo urgente? ¿qué puede esperar? ¿cuándo lo puedo hacer? ¿Qué no suma ni aporta valor y te quita tiempo? ¿qué se puede dejar de hacer, eliminar o automatizar? ¿Qué delegar?

3) Pasá a la acción. De a una tarea por vez. El cerebro sólo puede atender a una cosa por vez. El famoso «multitasking» sólo genera mayor agotamiento a tu cerebro, ¡y tan sólo tenemos uno! Cuidalo. ¡Te lo recuerdo! 1 sólo recurso, 1 cuidado, 1 tarea por vez.

Más vale un ritmo pausado y constante: que acelerado e intermitente.

4) Dale seguimiento a tu nuevo plan de acción. Sostenelo, revisalo, corregilo. Registrá cómo te sentis con el proceso. ¿Hay que seguir por ahí? ¿O que tengo que cambiar para sentirme mejor?

Si llegaste hasta el final de este post, entonces te felicito. Te tomaste 1 min. para parar la pelota. Respira y contame:

¿Cómo vas a trabajar ahora? El acto de escribir, es un buen recurso para detenernos a pensar y descansar.

No somos máquinas. Si vos no cuidas de tu salud, nadie lo hará.

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