Poner limites es amar-se. El primer limite es para uno mismo

Inteligencia emocional: limites

Desarrollo profesional RRHH y psicologia

En reiteradas ocasiones, nos encontramos cediendo o diciendo que SI a situaciones, trabajos, tareas, relaciones, personas, «obligaciones» que en el fondo de nosotros mismos, no queremos hacer…

Nos llenamos de «justificaciones» para sostener ese acto que no deseamos, pero que sin embargo repetimos una y otra vez…

Y en ese momento es cuándo se invita a la reflexión: ¿Para qué seguir haciendo lo que no queremos? ¿Para qué seguir diciendo que si? ¿Vale la pena? ¿Tiene sentido para mi seguir haciéndolo? ¿Para qué callar? ¿Por qué no ser genuinos primero con nosotros mismos?

El primer limite, es para uno; no para el otro.

En este primer limite, me detengo a mirarme, a pensarme y a reflexionar: ¿Cómo me siento? ¿Qué estoy necesitando en este momento? ¿Cómo actuar en consecuencia con ello? ¿A qué / quién le tengo que decir que No, para decirme que SI?

Poner límites a situaciones o personas abusivas, es un acto de amor.

Los limites, están en sintonía con el amor propio y la autoprotección.

Poner limites, no se trata de ser rígido/a, inflexible, agresivo/a…

Los limites deben ser lo suficientemente firmes para sostenerse, y los necesariamente flexibles para adaptarse al contexto y al momento que lo requiere…

Para poder poner un limite, primero debo tener claridad sobre lo que quiero y deseo, y luego entonces si, actuar en consecuencia…

Y vos, ¿A qué situaciones o personas crees que necesitas ponerle un limite?

¿A qué le vas a decir que NO, para decirte SI?

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